Escogí hablar de una de mis bebidas favoritas, el whisky, conocido así en Reino Unido y whiskey en otros lugares. Es un licor que se destila a partir de granos fermentados, principalmente cebada, maíz, centeno y trigo, y que después envejece en barril. Es interesante, como el término se deriva de un destilado elaborado únicamente de cebada en la Edad Media en Gran Bretaña, pero ahora se aplica a destilados sobre todo de maíz en Estados Unidos y Canadá, y a destilados de mezclas de granos en muchos países.
He de mencionar, que esta bebida inició siendo un remedio para ciertas enfermedades y que era preparada en ciertos conventos por monjes, actualmente es uno de los negocios más influyentes y millonarios del mundo.
Como dato curioso, el whiskey principalmente, pero también otros alcoholes, originaron uno de los eventos más significativos de los EEUU, “la Ley Seca” (también llamada Prohibición), esto sucedió a principios del siglo XX ilegalizando la fabricación y todo lo referente con la venta del alcohol. Como en muchos otros casos, Hollywood se ha encargado de plasmar la historia en la pantalla.
Dentro de las variedades de whisky las más conocidas son la línea escocesa e irlandesa, y la estadounidense y canadiense.
– Whiskies escoceses e irlandeses: existen tres tipos de whysky escoces: el de malta, exclusivamente a base de cebada malteada; el de grano, tiene menos sabor y se hace a partir de varios cereales y solo lleva una baja porción (10-15%) de cebada malteada; y el más común que es una mezcla de whiskies de mala y de grano. En relación al whisky irlandés, casi todo se hace con una proporción 40-60% de cebada malteada y cebada sin maltear.
– Whiskeys estadounidenses y canadienses: se elaboran principalmente del maíz. Este tipo de whiskey es más conocido como Bourbon, que lleva el nombre de un condado de Kentucky donde el maíz crecía en época colonial. Se elabora a partir de una proporción 80-20% de maíz y cebada malteada. Los whiskeys canadienses son los licores más suaves y delicados. Son mezclas de whiskeys suaves y más fuertes, incluso llegando a incluir en dicha mezcla vinos, ron o brandi.
Para todo foodie, el whisky agua de vida.
Texto: Jimena Olvera
