Restaurantes Romina y Sepia, una cena que nos dejo deleitarnos de estas dos cocinas italianas contemporaneas en la Ciudad de México.
Este pasado diciembre tuvimos la oportunidad de disfrutar de una cena organizada en el restaurante Romina de la mano del chef Julián Martínez (del restaurante Sepia).
Romina es un restaurante íntimo situado en el corazón de Polanco, con una capacidad de 50 personas y atendido por su propietario Mario Magaña quien, junto con su equipo, logra otorgarte un servicio de primera y una deliciosa comida italiana casera.
En su carta puedes encontrar diversidad de pastas frescas artesanales, risottos, carnes de caza (venado y jabalí) pescados y mariscos, y su cava te sorprenderá muy gratamente con 250 etiquetas italianas, 5 etiquetas de México, 4 de España, 50 de Burdeos y 20 de Pomerol. Como podéis ver, el lugar ideal para los amantes del vino italiano.
Esa noche la cena radicó en 5 tiempos. Como plato frío, comenzamos con un fresco sashimi grueso de Jurel Himarasa con una salsa ponzu, ajonjolí y brotes de perejil. Este platillo estuvo maridado con un Campogrande Orvieto Clásico Doc 2016, Santa Cristina. Muestra un color amarillo pajizo, la nariz es intensa y delicada, con notas de flores de naranja, melocotones y albaricoques. En boca es suave y fresco, con un retrogusto afrutado.
Continuamos con el primer tiempo, que consistió en un risotto en su punto con tinta de sepia y camarón patagónico.
Para recibir nuestro siguiente platillo, llegó a la mesa un vino Cesari Pinot Grigio Delle Venezie 2015, las uvas Pinot grigio o Pinot gris de este vino han sido cultivadas en la región de Véneto (esta variedad se caracteriza por tener un color de piel azul grisáceo, es un clon de la uva Pinot noir). Su sabor es cítrico y floral, con una acidez alta y muy fresco, perfecto con su untuosidad que nos cubrió el paladar para proseguir armónicamente con unos ravioles recién hechos de habas verdes salseados con una fina crema de romero.
Como tercer tiempo una lubina rayada con zanahorias al vapor moradas y amarillas, morillas frescas, y un espejo de puré trufado.
Para cerrar, con broche de oro, un postre de lingote de chocolate amargo, crema de café y helado de tabaco.
Como podrán notar, es un espacio dedicado íntegramente a Italia en donde, además de disfrutar platos tradicionales y divinos, podemos conocer mucho más de este país.
Para todo buen travelfoodie. Restaurante Romina y Sepia.
Texto y fotografía: Alejandra Alva (Alursita)
